lunes, 6 de junio de 2011

Cosmovisión aguarunas

En su mundo interior, el aguaruna cree en cinco dioses:
Etsa, o el padre Sol, destructor de un demonio de la génesis del mundo, llamado Ajaim.
Nugkui, o madre tierra, que le da el cultivo y la arcilla para la cerámica.
Tsugki, o madre del agua o del río, que vive en los ríos. Se cree que cuando el río suena, es porque Tsugki está hablando.
Ajútap, o padre guerrero, un alma de los combatientes antiguos que trasmigra continuamente.
Bikut, o gran filósofo awajún, un legendario ser que se transforma en el toé, planta alucinógena que, mezclada con el ayahuasca, les hace conectarse con otros mundos superiores.

Para el aguaruna, todos los hombres tienen dos almas:
La iwaji, que sube al cielo.
La iwakni, que se queda en la tierra como pequeño demonio.
Para ellos, la selva está llena de almas, de hombres transformados en árboles o en animales. Curiosamente, para ellos, el Chullachaqui, conocido como temido diablillo en otras zonas amazónicas, es una entidad protectora de la ecología, un amigo de las plantas que sólo asusta a los depredadores de la naturaleza.

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