lunes, 6 de junio de 2011

La reducción de cabezas

Desconociéndose casi todos sus ritos y costumbres, sí se hizo célebre en el mundo la práctica jíbara de "reducir cabezas". Efectivamente, este procedimiento, llamado tzantza, hacía que el nativo momificase y conservara las cabezas de sus enemigos como talismanes guerreros o cabezas trofeos.
Esta práctica se realizaba, y probablemente aún se realice entre los jíbaros más aislados, decapitando el cadáver y luego extrayendo, obviamente, el esqueleto cefálico y facial de la víctima. A continuación se curtía la piel con hierbas, taninos, chamizos y otros ingredientes; se le introducía arena caliente y se la planchaba. En el interior de esa piel que, de ese modo, se reducía de tamaño, se colocaba una piedra pequeña, como nuevo esqueleto, y se conserva el cabello de la víctima. Así, después de cosida en sus ojos y boca, teñida y magistralmente preservada, se logra una "cabeza reducida" con sorprendente parecido al de su infeliz dueño.




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